Tres obras, entre las más representativas del teatro de Rojas, son la base de un espectáculo servido por siete intérpretes: Donde hay agravios no hay celos, Entre bobos anda el juego y Abre el ojo. Los actores encarnan a seis personajes- tipo: el galán, el figurón, el gracioso, la dama, la contradama y la doncella. Entre ellos se trenza una selección de escenas que recogen los momentos más característicos de las cuatro obras. En su conjunto, el espectáculo funciona como una antología que concentra los rasgos arquetípicos. Hay, además, un octavo personaje: alguien que dice ser nacido en Toledo y escribir comedias. Es el nexo de unión entre las diferentes escenas: las presenta, las comenta, y hace confidencias al público acerca de cómo se crearon. Para lo cual debe confesar su secreto: En realidad, todos los personajes que allí aparecen se le colaron por la ventana; se le colaban siempre por la ventana. Él la cerraba. Pero no se sabe cómo ellos conseguían siempre entrar y llenar las estancias de su casa. Imposible desalojarlos. Sólo escribiéndolos conseguía librarse de ellos.