Poema narrativo, es la segunda de las obras poéticas conservadas de William Shakespeare. Como el anterior, Venus y Adonis, está dedicado al conde de Southampton, aunque debido al tema que trata, la redacción resulta más grave. Consta de 1855 versos y está basado en el libro II de los Fastos de Ovidio, donde se relata el origen del nombre de los meses. También se ha apuntado como posible fuente la Historia de Roma desde su fundación, de Tito Livio.
El contexto argumental, que aparece en prosa encabezando el original, refiere la historia mítica que da lugar a la fundación de la república en Roma. Corre el siglo VI a.C. y reina el último monarca romano: Lucio Tarquinio. Los generales Colatino y Sexto Tarquinio (hijo del rey) rivalizan en una conversación acerca de la fidelidad de sus esposas, y deciden ir a sus casas a sorprenderlas; la mujer de Sexto está de celebraciones, mientras que Lucrecia, la de Colatino, está hilando castamente. Sexto Tarquinio, al comprobar que su esposa no le es fiel, viola a Lucrecia, la mujer de Colatino; esta lo denuncia y posteriormente se suicida. Bruto, amigo de su marido, encabeza entonces una revuelta contra la familia de Tarquinio, que acaba derrocando al rey. La historia de la apuesta por la castidad de esposa reaparecerá en otra obra de Shakespeare, Cimbelino, aunque en ese caso Imogena no llega a ser violada.
El poema comienza cuando Tarquinio ya está decidido a violar a Lucrecia y llega a la casa de su amigo Colatino, donde ella le recibe hospitalariamente. Al anochecer, se dispone a forzar a Lucrecia, aunque tiene remordimientos; al verla dormida, en todo su esplendor, la despierta agarrándola un pecho y la viola. Nada más hacerlo, se arrepiente y huye. Ella pasa el resto de la noche desconsolada, y por la mañana envía una carta a su marido para que acuda lo más pronto posible.
Mientras espera a Colatino, Lucrecia acude a una casa donde hay un cuadro que representa la guerra de Troya; la descripción de la obra y sus personajes le ofrece consuelo momentáneo, comparándose a los personajes dolientes que aparecen pintados. Para el espectador, es una espléndida muestra de la visión del arte por parte de Shakespeare.