Este convento se estableció en las casas donde vivió Doña Francisca de Zúñiga, quien, en febrero de 1528, dos años antes de su muerte, se las cedió a una comunidad de dominicas junto con otros bienes y rentas para su mantenimiento. Dejaba, con estas donaciones, el encargo de su cumplimiento a los marqueses de Denia. Esta benefactora tuvo su panteón familiar en la capilla mayor del Monasterio de la Mejorada por lo que las religiosas pudieron vender la suya en 1582 a Doña Mencía Vélez de Gaona. Figurarán como patrones, en tiempos posteriores sus sucesores los Marqueses de San Felices, asimismo patrones del Convento de Sancti Spiritus.
La iglesia barroca que hoy posee sustituyó a la primitiva. De ladrillo y hormigón, consta de una sola nave entre contrafuertes cubierta de bóveda de arista y cañón con lunetos. En el crucero se eleva una cúpula sobre pechinas.
El retablo mayor contiene una escultura de Santo Domingo de Guzmán y una tabla de la Anunciación de finales del siglo XVI.