Miguel Pérez-Muñoz

Un actor que empezó muy joven en Tribueñe, pero que ha ido consolidándose con el tiempo a través de personajes complicados y llenos de matices. Para El embrujado de Valle Inclán fue Malvín, hijo de La Loca de las cabras, en un paisaje ritualizado en el que la presencia opresiva de lo matriarcal y su propia incapacidad no le dejan romper los estereotipos que le impiden avanzar. En El jardín de los cerezos es Trofimov, dentro un montaje que, como suele suceder con los de Tribueñe, es todo un esfuerzo grupal, con personajes llenos de finura y complejidad; y el amor como una guerra interior de la que todos los personajes salen vencidos. Con Pinter y para Regreso al hogar, es Joey, uno de los habitantes del suburbio londinense en que transcurre esta sórdida historia de desamparo y orfandad. Es El Afilador para Ligazón, un hombre que viene a romper el sórdido pacto de pobreza y avaricia que hace la Ventera para vender a su propia hija. Para Rosa de papel es Simeón Julepe, el herrero, que espía codicioso la agonía de su mujer para saquear sus ahorros. En Bodas de sangre es el novio, dando cuerpo a una tragedia llena de ritualidad y melancolía, y también es Alonso Quijano en El vuelo de Clavileño, una fantasía poética sobre unos capítulos de El Quijote, respetuosa pero libre, que nos acerca a un héroe divertido y soñador que nos invita a una fiesta.