En La celosa de sí misma tienen su más expresiva representación todos aquellos elementos literarios que tradicionalmente se atribuyen a Tirso: fuerza cómica y satírica, dominio de los caracteres y vigor realista y costumbrista. La malicia y socarronería del fraile triunfan plenamente en esta comedia, conviviendo con una riqueza inigualable de matices sicológicos.
El amor y los celos, pasiones inseparables en el sentir de nuestros dramaturgos aúreos, motivan la acción dramática y son el origen del conflicto. La sicología de Doña Magdalena, su hipersensibilidad y sus reacciones da lugar a los principales acontecimientos de la comedia. El carácter de la dama, sumado a la personalidad de Don Melchor, muy marcada por Tirso, dan lugar a una sucesión de acciones dramáticas decididamente cómicas y provocadoras, y, a la vez, tan creíbles como la vida misma. La vida de hoy, de aquí y de ahora.