Una comedia de amores y locuras.
Por aquellos años en que vivía Lope de Vega, los caminos estaban transitados por gentes muy diferentes llevadas de variadas razones: músicos, buhoneros, compañías de teatro de la lengua, moriscos y judíos marchando al exilio o huyendo de la policía... En suma: nómadas o fugitivos. Cuando empieza la acción, a las puertas de Valencia, posiblemente junto a las murallas, tal vez junto a la Puerta de los Inocentes -en una palabra, cerca de la Casa de los Locos- han acampado algunos pequeños grupos. Entre ellos está, por ejemplo, Floriano, que huye de Zaragoza tras haber cometido un crimen. O Erifila, de la que sospechamos que es una joven mora que ha huido del matrimonio concertado por sus padres, y que llega con su amante -un criado que le roba joyas y ropas- a las puertas de la Casa de los Locos. Todos, en fin, tienen razones personales para entrar en el manicomio, fingirse locos y pasar así desapercibidos. Pero a partir de ahí, fingiendo locura o mezclándose con verdaderos locos, la comedia del amor estalla con todo su esplendor sensual, música, celos, fingimientos: pura comedia. Lope nos muestra en esta obra la realidad del hospital pionero en España, donde se internaba a los locos, llamados "inocentes", que en la calle eran perseguidos, maltratados y sufrían toda clase de vejaciones. En el Hospital ahora eran atendidos, lavados, vestidos y alimentados. Los locos furiosos eran encerrados en jaulas, mientras que a los locos ya "templados" se les empleaba en pequeños menesteres domésticos; incluso en determinadas fechas eran sacados para pedir limosna y contribuir así al mantenimiento de los gastos del Hospital. Estos eran los locos auténticos. Pero también estaban los locos fingidos, los que se hacían pasar por locos para conseguir sus propósitos. En la actualidad esto no parece haber cambiado demasiado, pues hay locos de amor, de deseo, de celos, de ambición, de codicia, de vanidad, de intransigencia..., solo que estamos todos juntos. Puro Lope; o sea: arte de entremezclar ficción y realidad. Pura comedia, o comedia impura, como la vida.