Diana, la condesa de Belflor, es una mujer rica y poderosa. Un día descubre que Teodoro, su secretario, está enamorado de su doncella Marcela. Movida por los celos, Diana se enamora de Teodoro a pesar de que éste no es noble. A partir de aquí comienza en la Condesa el juego de “El perro del hortelano”, que ni come ni deja comer; no se permite a ella misma enamorarse de su secretario Teodoro, ni permite que se case con Marcela. Finalmente, gracias a Tristán, maestro del engaño y fiel servidor de Teodoro, la condesa podrá casarse con Teodoro, un hombre de diferente clase social, algo impensable en la época.