En el tiempo de frontera en España, el moro Abindarráez cruza Andalucía. En su viaje es apresado y reducido por el cristiano Narváez, alcalde de Antequera, y sus hombres. Cuando lo reducen, Abindarráez pide clemencia: su viaje es por amor. Entonces narra la historia de los Abencerrajes en Granada -expulsados del reino injustamente por injurias, y muertos algunos en La Matanza de los Abencerrajes-, y su particular historia de amor con la hija del Alcalde de Coín desde la infancia. Narváez da un plazo de tres días a Abindarráez para viajar y celebrar sus bodas con Jarifa, pasado este tiempo, deberá entregarse. Abindarráez, atendiendo a su palabra, en vez de escapar, viaja a Coín, se casa con Jarifa y a los tres días vuelven los amantes para entregarse. Jarifa habla con Narváez explicándole la grandeza de Abindarráez. Atendiendo al asombroso gesto de honradez del moro, el cristiano se rinde a sus pies y los dos se estrechan en un abrazo que será gesto de humanidad, comprensión y entendimiento entre los dos pueblos.
El Abencerraje no es un bello sueño poético, sino una obra que recoge la resonancia de los más graves planteamientos espirituales de la época, aparecida en tiempos decisivos para la historia de los españoles. La afirmación de un ideal ético de condición civil, con la denuncia implícita de la intolerancia que representa la obra.